Claves para un envejecimiento activo, más qué alimentación y ejercicios

Descubre cómo mantener cuerpo y mente saludables después de los 60 años. Aprende sobre alimentación, ejercicio, vitaminas esenciales y consejos para un envejecimiento activo y pleno.

SUPLEMENTOS NUTRICIONALESADULTOS MAYORES

Dianelis Fernández Mena

10/27/20254 min read

Pareja de adultos con una alimentación equilibrada, es vital para en envejecimiento
Pareja de adultos con una alimentación equilibrada, es vital para en envejecimiento

El envejecimiento es un proceso natural que conlleva múltiples cambios físicos y mentales. Adaptar el estilo de vida es fundamental para disfrutar de una vejez plena y saludable. Mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física de manera regular son pilares esenciales para preservar la salud en cualquier etapa, pero después de los 60 años cobran especial relevancia. ¨Llegar a los 60 no significa detenerse, sino reinventarse¨.

Importancia del estilo de vida en el envejecimiento

Adoptar hábitos saludables puede prevenir o retrasar la aparición de enfermedades crónicas comunes en la vejez, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Elegir alimentos ricos en fibra, consumir productos lácteos bajos en grasa enriquecidos con vitamina D y calcio, así como mantenerse hidratado, facilita la salud ósea, la digestión y el funcionamiento general del organismo.

La actividad física no solo mejora la fuerza y la movilidad, sino que también incide positivamente en el estado de ánimo y la salud mental. Es recomendable elegir actividades que disfrutes (como yoga, caminatas, natación) y que puedan realizarse en compañía, lo que contribuye a la motivación y la socialización.

¿Por qué es importante mantener un peso saludable?

A medida que pasan los años, el cuerpo tiende a perder masa muscular y a acumular más grasa corporal, especialmente si disminuye la actividad física. Esta transformación fisiológica puede conducir a una reducción del metabolismo basal, lo que facilita el aumento de peso. El sobrepeso y la obesidad incrementan considerablemente el riesgo de padecer enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, hígado graso, ciertos tipos de cáncer y patologías neurodegenerativas. Por ello, mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular es clave para prevenir complicaciones y conservar la independencia funcional.

Indicadores de Peso Saludable

La literatura científica y los estudios realizados definen los siguientes parámetros para un peso saludable:

  • Relación cintura/estatura: < 0.5, Indicador más sensible de riesgo cardiometabólico que el IMC.

  • Porcentaje de grasa corporal: Valores altos pueden indicar riesgo metabólico, incluso con IMC normal

  • Perímetro abdominal: mujeres (88 cm), hombres (102 cm), por encima de este valor aumenta el riesgo cardiovascular y metabólico.

  • Circunferencia de pantorrilla: un valor de 31 cm para identificar riesgo de desnutrición y sarcopenia.

Alimentación adecuada en la edad

El requerimiento calórico suele disminuir con la edad, pero la necesidad de nutrientes esenciales se mantiene o incluso aumenta. Por esta razón, es fundamental enfocar la alimentación en alimentos densos en nutrientes. Estos aportan vitaminas, minerales y otros compuestos necesarios para el buen funcionamiento físico y mental, sin exceder el consumo de calorías.

Los alimentos ricos en nutrientes son fundamentales para promover la longevidad, el equilibrio metabólico y la salud integral en todas las etapas de la vida. La prevención de fracturas en adultos mayores y mujeres en etapas de transición hormonal requiere una nutrición estratégica que fortalezca la densidad ósea, la masa muscular y el equilibrio metabólico.

Dentro de los alimentos ricos en nutrientes destacan:

  • Proteínas de alta calidad, presentes en huevos, lácteos, pescado y legumbres, son fundamentales para preservar la masa muscular y prevenir caídas, que son el principal desencadenante de fracturas en la vejez. El salmón salvaje ofrece omega-3, vitamina D y selenio, siendo un potente antiinflamatorio y neuroprotector. Los huevos, ricos en proteínas completas, colina y vitamina B12, contribuyen al funcionamiento neuromuscular y hormonal.

  • Verduras de hoja verde como la espinaca, que aportan vitaminas A, C, K, folato y minerales como hierro y magnesio, esenciales para la salud ósea, muscular y vascular.

  • Los frutos secos, por su parte, son una fuente excelente de vitamina E, magnesio y grasas saludables, con efectos antioxidantes y cardioprotectores.

  • Las bayas como los arándanos y las goji concentran polifenoles y antocianinas que favorecen la salud cerebral y vascular.

  • El brócoli, con sulforafano y fibra, apoya la detoxificación hepática y la prevención de enfermedades crónicas.

  • Las semillas de sésamo aportan calcio, magnesio y zinc, siendo aliadas de la salud ósea y lipídica.

  • La quinua, libre de gluten, ofrece proteínas vegetales, hierro y energía sostenida.

  • El yogur natural, con probióticos y calcio, mejora la salud digestiva e inmunológica.

  • Aguacate, rico en grasas monoinsaturadas, potasio y vitamina E, es un alimento saciante, antiinflamatorio y protector cardiovascular.

Adulto mayor revisando información sobre suplementos nutricionales para un envejecimiento activo
Adulto mayor revisando información sobre suplementos nutricionales para un envejecimiento activo

Vitaminas y minerales: suplementos aliados para la salud del adulto mayor.

Para determinar si es necesario un suplemento nutricional y cuáles son los más adecuados, se recomienda consultar con personal de salud, quien podrá evaluar el estado nutricional y orientar sobre las dosis precisas de acuerdo con el historial médico y los hábitos alimenticios de cada persona.

Vitaminas B6, B12 y ácido fólico: Son esenciales para el metabolismo energético, la función cognitiva y la producción de glóbulos rojos. La deficiencia de vitamina B12, frecuente en personas mayores por menor absorción gástrica, puede provocar anemia y alteraciones neurológicas, incluyendo demencia.

Vitamina D y calcio: Claves para la salud ósea, la combinación de ambas previene la osteoporosis, especialmente en mujeres posmenopáusicas. Los productos lácteos fortificados o bebidas vegetales enriquecidas ayudan a alcanzar los requerimientos diarios.

Omega-3: Estos ácidos grasos esenciales favorecen la función cerebral, la salud cardiovascular y la visión. Su consumo está asociado con menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades del corazón.

Vitaminas A, C y E: Actúan como antioxidantes, protegiendo frente al estrés oxidativo responsable del envejecimiento celular prematuro y contribuyendo a la prevención de enfermedades crónicas.

Magnesio: participa en la mineralización ósea y en la activación de la vitamina D.

Zinc y el cobre: contribuyen a la formación de colágeno y al mantenimiento de la matriz ósea.

Vitamina K2: dirige el calcio hacia los huesos y evita su acumulación en arterias.

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