Menopausia y metabolismo: cómo la vitamina D cambia las reglas del juego

Durante la menopausia, la vitamina D se vuelve un nutriente clave no solo para la salud ósea, sino también para el equilibrio metabólico, inmunológico y emocional. Aunque su papel en la absorción de calcio y prevención de osteoporosis es bien conocido, la evidencia actual revela que su impacto va mucho más allá.

En este artículo hablaremos de como la vitamina D puede ser de utilidad durante este período en la vida de una mujer.

¿Como ayuda la vitamina D a la función ósea y la prevención de facturas?

La disminución de estrógenos en la menopausia acelera la pérdida de masa ósea. La vitamina D favorece la absorción intestinal de calcio y fósforo, y su deficiencia se asocia con un mayor riesgo de fracturas. Según la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia (EMAS), por cada descenso de 25 nmol/L en los niveles de vitamina D, el riesgo de fractura aumenta un 33%.

Vitamina D y salud cardiometabólica

Estudios recientes han vinculado niveles bajos de vitamina D con mayor prevalencia de síndrome metabólico, dislipidemia y diabetes tipo 2 en mujeres posmenopáusicas. Su acción antiinflamatoria y su influencia sobre la sensibilidad a la insulina la convierten en un modulador metabólico relevante.

Durante la menopausia, la disminución de estrógenos favorece el almacenamiento de grasa visceral y la resistencia a la insulina, tener nivel adecuados de vitamina D puede servir de ayuda en mejora la expresión de receptores de insulina en células musculares y adiposas, facilitando el ingreso de glucosa y evitando que el cuerpo necesite producir más insulina de la necesaria.

La vitamina D, debido a su acción como immunomodulator, también reducción de inflamación factor que contribuye a la disminución de la resistencia a la insulina. Cuando hay deficiencia de vitamina D, las células beta pancreáticas pueden volverse menos eficientes y alterarse la producir insulina.

Aportes al estado de ánimo y función cognitiva

La vitamina D participa en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Su deficiencia se ha relacionado con mayor riesgo de depresión, fatiga crónica y deterioro cognitivo, síntomas frecuentes en la transición menopáusica.

Sistema inmunológico y salud celular

Actúa como inmunomodulador, ayudando a prevenir infecciones y regulando la inflamación. Además, algunos estudios sugieren que niveles adecuados de vitamina D podrían reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal y de mama.

Dado que la síntesis cutánea disminuye con la edad y la exposición solar suele ser insuficiente, la suplementación puede ser necesaria, especialmente en mujeres con niveles séricos por debajo de 50 nmol/l.

¿Calcifediol o colecalciferol? Comparando su eficacia en mujeres postmenopáusicas

Aunque el colecalciferol (vitamina D3) ha sido durante años la forma más utilizada para tratar la deficiencia de vitamina D, nuevos estudios sugieren que el calcifediol podría ser más eficaz en mujeres postmenopáusicas con niveles bajos de 25(OH)D.

El calcifediol es la forma 25-hidroxilada de la vitamina D, es decir, la forma que circula en sangre y se mide para evaluar el estatus de vitamina D. Al administrarse directamente en esta forma, evita el paso hepático de conversión, lo que se traduce en una absorción más rápida y una elevación más eficiente de los niveles séricos.

Un estudio presentado en el Congreso Europeo de Reumatología (EULAR) demostró que el calcifediol logró normalizar los niveles de 25(OH)D con una eficacia hasta cuatro veces superior al colecalciferol, y en menos tiempo. Esto es especialmente relevante en mujeres postmenopáusicas con riesgo de osteoporosis, ya que alcanzar niveles adecuados de vitamina D es clave para la eficacia de los tratamientos antirresortivos y la prevención de fracturas.

Además, el perfil de seguridad del calcifediol fue comparable al del colecalciferol, sin efectos adversos graves reportados.